La bicicleta es aire, veredas entre pinares, paisajes en la retina, sol y verano llamando a la libertad del pedaleo, al sonido del timbre, al tacto del freno entre mis manos, al tiempo detenido.
Los que ya me conocéis sabéis de mi amor por las bicicletas, es mi forma de desplazarme prácticamente a diario durante todo año, pero en verano tiene ese regusto especial que he querido expresaros en el párrafo anterior. En plena estampa estival se me ha ocurrido recomendaros esta novela que leí hace unos meses, cuyo título hace homenaje a mi querido velocípedo: Todo lo que una tarde murió con las bicicletas, de Llucía Ramis.
La novela nos relata, a modo de crónica, la historia de una treintañera que regresa a casa de sus padres. Se ha quedado en paro y no tiene ningún tipo de atadura (ni pareja, ni hijos). Es inteligente, trabajadora y tenía un gran porvenir profesional, pero de repente, éste se ven truncado, ¿y ahora qué?. La protagonista decide darse un tiempo para indagar en su propia historia familiar, reflexionar y descubrir lo que la vida realmente le había prometido:
“-Nos habéis educado para que seamos libres e independientes, pero ¿por qué no nos dijisteis que el precio de la libertad y la independencia era quedarnos solos?”- pregunta la protagonista a sus padres. “Porque no lo sabíamos”- contestan ellos.
“Cuando le preguntaron a mi hermano que quería ser de mayor, no respondía policía, ni astronauta, ni bombero, ni futbolista. Decía: Quiero que me quieran”.
Los recuerdos, de sus abuelos, sus padres y su propia infancia, le llevarán a entender un poco más su propia existencia, descubriendo como todo lo que se había prometido a nuestra generación se quedó en agua de borrajas, y que la vida no se resuelve sola por seguir un determinado camino:
“La vida es una cosa complicada y difícil, imposible de describir, que consiste e ir tirando”. Concluye la protagonista.
Toda una crónica generacional, con la que muchos de nosotros, hijos de los primeros años de la democracia, nos sentiremos identificados. Una lectura para viajar en bicicleta y no perder la inocencia y la ilusión de lo que una vez fuimos:
“Necesitaba mantener los veranos como fuera, aquel rastro de infancia que aún arrastra la marea. Todo lo que una tarde murió con las bicicletas”
- Todo lo que una tarde murió con las bicicletas. Llucía Ramis. Editorial Libros del Asteroide. 2013.
Hasta el próximo post!